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viernes, 17 de septiembre de 2010

Haití: Viaje a la cuna de los zombis

Haití se encuentra en pleno Caribe, lleno de las típicas palmeras y playas de agua calentita. Haití es un país, símbolo del vudú, el misterio y sobretodo, los zombis. Comparte la isla La Española con la paradisiaca República Dominicana. Aún así, son pocos turistas los que se aventuran a cruzar la frontera con Haití. Pero ellos se pierden un viaje exótico, mágico y lleno de... zombis. Hace poco sufrió un terremoto que asoló el país, y yo, desde mi modesto blog, quiero hacer una invitación para que la gente pueda ir a visitar la cuna de los zombis. Al ser de Andalucía, se lo importante que es el turismo para una comunidad, y seguro que si viajáis a Haití, no lo vais a olvidar nunca.

El vudú es más que una religión allí, ejerce una influencia fuera de lo común, y hasta el presidente Aristide, sabiendo lo importante que es para su pueblo, y a pesar de haber sido sacerdote católico, construyó un gran templo vudú en la capital. De esta forma Aristide igualaba la religión vudú a otras religiones, al otorgar a los voduístas una catedral equiparable a las iglesias bautistas, los templos masones, o las parroquias católicas que abundan en la zona. Por lo que a parte de disfrutar de las playas caribeñas de Cabo Haitiano, de paisajes tropicales como los de Hinche, de monumentales ciudades como Jacmel o de las cálidas aguas del Lago Enriquito, podrás disfrutar de las impresionantes vistas de las distintas catedrales antes nombradas.

EL COMIENZO

La isla de La Española, como hemos comentado al principio, acoge dos países muy diferentes. Dos terceras partes de la isla pertenecen a la República Dominicana, el tercio restante es Haití, la primera república negra del Nuevo Mundo, que ya desde su nacimiento, llamó la atención a los occidentales, ya que consiguió su libertad, de manos de los franceses, a golpe de machete. Es con diferencia, el país más pobre de América, pero con una riqueza mágica impresionante.

Según he estado viendo, y quizás me equivoque, creo que un vuelo directo entre España y Haití, no existe. Así que hay que hacer escala en aún aeropuerto dominicano, como Puerto Plata o Santo Domingo. Luego puedes optar por coger otro avión que te lleve a Puerto Príncipe, o bien si lo deseas, pues buscar otro medio de transporte, como puede ser el coche o lo que sea

EL VUDÚ

Una vez dentro del país, hay que tener en cuenta que esto no es un país, como lo diría, desarrollado, y que el mejor de los hoteles, como los que te puedes encontrar en Elías Piña, que creo que tendrá un par de hoteles como mucho, una habitación sin agua caliente ni electricidad. O al menos en la mayor parte del tiempo. Eso si, el precio por noche es irrisorio, así que a no quejarse y a disfrutar de un viaje diferente.

Para conocer el país y ver sus entrañas de la mejor manera y de forma intrépida, habrá que contratar a un motorista haitiano. Estos te mostrarán el país a través de caminos que no aparecen en los mapas, cruzando selvas, ríos y cualquier obstáculo que se ponga por delante. Aquí habrá que tener mucho cuidado, sobretodo con la velocidad, que no sobrepasará los 20 km/h, y las deficiencias que tienen las motos, como puede ser no tener luz, que la cadena se le joda de vez en cuando, que vaya con un neumático pinchado, o simplemente que el conductor, en una curva y totalmente emocionado, derrape y caigáis todos al suelo. Si, es muy gracioso.

Bien, mientras vamos en moto, podemos hacer una pequeña parada en uno de los primeros templos vudú que encontramos. En este tipo de templos, y siendo simpático, nos pueden explicar e introducir en la religión vudú sin ningún problema. Eso si, el idioma es algo extraño, una mezcla de francés antiguo con dominicano. Pero vamos, que con un poco de tranquilidad, se les entiende. ¡Ah! Si se le pide, incluso te dejan asistir a un ritual. No os lo perdáis.

Estos rituales, poco hay que contar que ya no se sepa, encontrarás ritmos frenéticos de tambores, danzas convulsivas, cantos y letanías que suenan a África y decapitaciones en vivo de carneros, que como no tengáis cuidado, os llenarán de sangre hasta las entrañas. Pues si, así es el vudú.

Y hablando de ritos, si pasáis por cualquier cementerio del país, os daréis cuenta de que se encuentran varias tumbas abiertas, y ataúdes vacíos. Como hemos dicho, allí la muerte no es el final.

LA CUNA DE LOS ZOMBIS

Y aquí hemos llegado al punto que más me gusta, y por el cuál estoy escribiendo esto. Los zombis. Que son uno de los mitos inseparable del vudú. Pero, aquí no nos encontraremos los zombis que tanto nos gusta de las series B, sino una realidad aterradora que supera incluso a la ficción.Y para esto me remito a una entrada mía anterior, que habla de Wade Davis y libro que le sirvió para conseguir el doctorado, el Enigma Zombi.

Pues bien, volviendo al tema de los zombis, esas personas muertas, están avalados por un historial clínico y certificados de defunción oficiales, y cuando éstos vuelven a la vida, resultan terriblemente incómodos para la medicina. La única justificación racional, es que los médicos que han certificado la muerte de esas personas son un incompetentes. Pero allí, la creencia es que un brujo, puede matar a un ser humano y luego revivirlo para utilizarlo como esclavo. Increíble.

Fijaros bien cuando viajéis por una de las plantaciones de caña o bananas, es posible que podáis ver algún hombre de aspecto descuidado y mirada perdida que trabaja sin descanso, un verdadero zombi.

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